Un profundo conocimiento adquirido a lo largo de los años, nos aporta la experiencia para elegir los mejores ejemplares de roble de grano fino. El ecosistema donde habitan los árboles determina el tipo de grano y los aromas que la madera aportará al vino.

Sólo determinados ejemplares de Quercus Alba procedentes de los bosques Apalaches de EEUU de las regiones como Ohio, West-Virginia o Norte Apalaches, son escogidos para ser utilizados en nuestra tonelería.

 







1. SELECCION



Cada tabla que pasará a formar parte de una barrica es examinada detenidamente por los maestros toneleros: la primera inspección se realiza antes de que las tablas formen parte de nuestro inventario, cuya detallada gestión nos permite conseguir la trazabilidad en la barrica terminada.

Tras el secado natural de años y un cepillado inicial, las tablas se clasifican y toda aquella tabla que no es apta para formar parte de la barrica es desechada y eliminada. Para cada uno de los diferentes bosques del mundo que son utilizados en la formación de las barricas Murúa, se comprueba el “grano” de la madera y se clasifica cada duela según su tonalidad.









2. ARMADO DE LA BARRICA


Las duelas seleccionadas, canteadas y regruesadas con la forma característica, se van eligiendo sobre una mesa hasta que alcanzan la longitud exacta equivalente de una barrica.

Cada grupo seleccionado, compuesto por un número máximo de duelas, es levantado sobre un aro de trabajo para proceder al armado de la barrica.

La última duela colocada sobre el aro de trabajo debe casar con las anexas y hacer un cierre perfecto, de aquí el dicho “ojo de buen cubero”.









3. DOMADO


Las duelas armadas y sujetas únicamente en uno de sus extremos por los aros moldes, son humedecidas para que con un lento apretado estas se curven y tomen la forma adecuada de la barrica. Tonelería Murúa realiza este proceso lentamente, actuando de forma respetuosa con las duelas.









4. TOSTADO DE LA BARRICA


En Tonelería Murúa, las barricas se tuestan muy lentamente sobre fuego de madera del mismo roble, tal y como se hacía antaño. Es una etapa muy importante, ya que son los distintos tostados los que generarán los aromas que la barrica trasmitirá al vino.


Un maestro tonelero permanece exclusivamente dedicado esta tarea. El tiempo de tostado, la intensidad del fuego y la temperatura varían el perfil organoléptico de los compuestos que la madera proporcionará al futuro vino. Elegir un tipo de tostado adecuado es decisivo para conseguir el carácter de los vinos.

El cliente, apoyado por la información que le suministra nuestra tonelería, puede escoger el tipo de tostado que desea en cada barrica para resaltar los aromas que el roble aportará al vino durante su crianza.









5. ACABADO Y CONTROL DE ESTANQUEIDAD


La terminación de la barrica consiste en la colocación manual de los fondos, los aros galvanizados en su totalidad y el lijado final.


Una vez terminadas las barricas, se verifica la estanqueidad de todas y cada una de ellas. Para ello se realiza una exhaustiva prueba de estanqueidad que saca a relucir cualquier posible fuga.

El maestro tonelero que certifica una barrica, graba su sello personal en la misma, haciéndose responsable del correcto funcionamiento de la barrica en cualquier bodega del mundo.









6. PERSONALIZACIÓN



El acabado perfecto de la barrica se consigue con un pulido final muy fino y con la estampación mediante laser de la marca Murúa y de los códigos, marcas o logotipos que desee la bodega.


Cada barrica se fabrica bajo pedido a medida para cada cliente, con los orígenes de roble seleccionados, las especificaciones técnicas requeridas y los tipos de tostado deseados.



Tonelería Murúa